domingo, 23 de octubre de 2011

AHOGADOS EN MEDELLIN

El aire que nos ahoga
LOS AUTOMOTORES Y las industrias son los grandes contaminantes de la atmósfera. La región ya cuenta con un Plan de Descontaminación y un combustible de mejor calidad, pero aún hay mucho por hacer.
Paola A. Cardona Tobón | MedellínFuentes: Alejandro González, subdirector ambiental del Área Metropolitana; María Patricia Tobón, secretaria de Medio Ambiente de Medellín; María Victoria Toro, directora del Grupo de Investigaciones Ambientales UPB; y Miryam Gómez, directora del Ghygam-Politécnico. Plan de Descontaminación del Aire para el Valle de Aburrá, Conpes 3344 y especial Antioquia: agua, sol y barro (EL COLOMBIANO, 2008). | Publicado el 23 de octubre de 2011 
Buses, motos, camiones, taxis, volquetas, carros particulares y detrás, una estela de un humo negro. Es mediodía, llueve y el vapor que se concentró en el pavimento de un transitado cruce se levanta para mezclarse con ese esmog que hace más pesada la respiración de los afanados que caminan por alguna calle del centro. Uff.
Las crestas de contaminación coinciden con las horas de mayor tráfico automotor. La Secretaría de Transportes y Tránsito de Medellín estima que en el área metropolitana se encuentran matriculados un total de 888.595 vehículos y 407.911 motocicletas. Solo en Medellín, hasta agosto de 2010, había 148.787 particulares, 26.512 motocicletas y 28.099 carros de transporte público, taxis y autos oficiales.
El crecimiento de los automores ha mostrado una tendencia al aumento (ver cuadro), y a esos indicadores hay que sumarles que más del 50 por ciento del parque de vehículos livianos tiene más de 10 años y el 36 por ciento del de los camiones más de 30 años y, en la medida en que envejecen, sus sistemas tecnicomecánicos se hacen deficientes y generan más emisiones.
Esos datos son reveladores si se tiene en cuenta que la contaminación del aire en la ciudad por material particulado es generada en un 66 por ciento por esas fuentes móviles, y en un 31 por ciento por las fijas o de tipo industrial, según la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín.
En la región se trabaja en el Plan de Descontaminación del Aire para el Valle de Aburrá para alcanzar metas como llegar con un material particulado menor de 2,5 micrómetros (PM2,5) en 2020, a 20 microgramos por metro cúbico. En 2009, el promedio estaba en 30 y se notan reducciones.
Mejoras en combustible
Como el material particulado PM 2,5 es el que trae mayores problemas en la salud, uno de los principales retos es fortalecer el control de emisiones generadas por fuentes móviles, que emiten el 78 por ciento de ese PM 2,5. En 2008, la Alcaldía de Medellín, el Área Metropolitana y Ecopetrol firmaron un convenio para disminuir el contenido de azufre en el diésel y en la gasolina.
Así se pasó de 4.500 partes por millón de azufre en el diésel, a 20,5, superando el compromiso inicial de Ecopetrol de llegar a 50. Un avance que ha traído consecuencias positivas: un estudio realizado por esa entidad, el Área, el Grupo en Higiene y Gestión Ambiental del Politécnico (Ghygam) y la Universidad de Antioquia, revela que, desde 2009, se ha reducido en 3 microgramos por metro cúbico la contaminación por PM 2,5.
Pero aunque la política de mejoramiento de combustibles implica una menor agresividad de las partículas contaminantes más pequeñas, es urgente la modernización del parque automotor, pues "con un combustible limpio llevado a una máquina en mal estado es como borrar con la mano izquierda lo que se hizo con la derecha", dice Miryam Gómez, directora del Ghygam.
En gasolina el compromiso era bajar a 300 partes por millón y el Área informa que vamos entre 220 y 230. 
Según datos de la Secretaría de Salud de Bogotá, citados por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, por cada 10 microgramos de metro cúbico de reducción de material particulado, las consultas por infecciones respiratorias agudas se disminuirían hasta un 15 por ciento.
Una cifra nada desestimable, sobre todo, por un dato que entrega el Conpes 3344 de 2005, que contiene los lineamientos nacionales para la formulación de una política de prevención y control de la contaminación del aire: este fenómeno le cuesta al país 1,5 billones de pesos anuales, relacionados con efectos sobre la salud pública, mortalidad y morbilidad.
Puntos críticos
El Área Metropolitana instaló 16 estaciones de monitoreo de calidad del aire. En las ubicadas en el Centro (edificio Miguel de Aguinaga), parque de San Antonio e Itagüí se observan mayores niveles de contaminación. También, en zonas como la comuna 15-Guayabal por alta concentración de industrias y tráfico, y en cruces viales principales.
De martes a viernes aumentan los niveles, que bajan sábado y domingo. Los períodos más contaminados se experimentan entre febrero y marzo y septiembre y octubre. Y el PM 2,5 y el ozono son los contaminantes que más inquietan y sobre los que se trabajan varios planes, pues superan en el doble el valor de la norma.
Bajar los indicadores no es una tarea fácil ni a corto plazo, pero el compromiso debe ser generalizado, finalmente, es nuestro aire, lo compartimos, sin distinciones, y es el que nos mantiene vivos. 
» El aporte de la industria en esta contaminación
Las fuentes fijas, de tipo industrial, son responsables del 77 por ciento de los óxidos de azufre emitidos a la atmósfera en el Valle de Aburrá. Si todas las industrias registradas en el Aburrá cumplieran con las exigencias, afirma María Victoria Toro, directora del Grupo de Investigaciones Ambientales de la UPB, se disminuiría un 15 por ciento de la contaminación del aire.
En este tema, el Área Metropolitana se focaliza en los óxidos de nitrógeno y los óxidos de azufre, los dos componentes que más problemáticas presentan y en los que mayores dificultades tienen las empresas para cumplir con la normatividad. El Área se orienta, principalmente, en unas 40 empresas que aportan el 80 por ciento de las emisiones que generan las fuentes fijas.
Los sectores textil, cerámico vítreo y ladrillero dominan las emisiones de material particulado y gases; y municipios como Itagüí, Medellín y Barbosa hacen grandes aportes.
Con la entrada en vigencia de la Resolución 909 de 2008, norma nacional más restrictiva en cuanto a la emisión de contaminantes en las fuentes fijas, estas entidades tienen nuevos desafíos. Entre un 55 y un 60 por ciento van cumpliendo.
Tomado de el Colombiano

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