LA ÚLTIMA
“JOYITA” DE MONSANTO EN ARGENTINA
El Gobierno
Argentino aprobó recientemente la liberación comercial de una nueva soja
transgénica denominada “Intacta RR2
Pro”. ¿Qué es esta nueva “joyita” de Monsanto? :- Veamos algunos aspectos:
1) La opinión del Dr. Andrés Enrique Carrasco
Un nuevo veneno,
el glufosinato
"La
necesidad de asociar en las nuevas semillas el glifosato con el glufosinato, da
cuenta de las inconsistencias de la tecnología de los transgénicos tanto en su
construcción y como en su comportamiento en el tiempo. Sin embargo se sigue
huyendo hacia delante intentando remediar las debilidades conceptuales de la
tecnología transgénica, con soluciones que tienden a ser cada vez más
peligrosas."
Relatar los
hechos respecto del avance de agronegocios en la región latinoamericana, hace
necesario señalar que a la voracidad de un sector productivo y a los intereses
estratégicos de las transnacionales y su propuesta tecnológica, hay que agregar
la actitud de gobierno nacional que no solo espera retenciones crecientes sino
que se empeña en apostar a la desnacionalización incrementado la dependencia
con un modelo que hace cada vez mas frágil a la Argentina frente a las
decisiones geopolíticas de los países centrales. (ver opinión de Monsanto.
Clarín 29-08-2012, pagina 30).
Como forma
de confrontar relato, la contraofensiva descripta por Clarín, se expresó en que
mientras se esperaba la sentencia del tribunal cordobés por la demanda de las
Madres de Ituzaingo, la Secretaría de Agricultura hacía pública la resolución
firmada por su titular Lorenzo Basso (ex Decano de la Facultad de Agronomía de
la UBA) aprobando una nueva semilla de soja: Intacta RR2 que contiene
transgenes para resistencia al glifosato y para producir toxina insecticida
(Bt).
Esta semilla
patentada por Monsanto, obligara a los productores a pagar regalías de por vida
mediante convenios de orden privado con la empresa transnacional. Es
transparente Norberto Yahuar, Ministro de Agricultura, cuando anuncia, en la
presentación de la semilla RR2 de Monsanto, una nueva ley de semillas que
limitara el Uso Propio (guardar parte de la semilla para la próxima cosecha)
para “demostrar al mundo que se reconoce ese valor intelectual en tecnología,
que desarrollan los privados” (Pagina12 22-08-2012, pagina 7). Según Clarín el
acuerdo funcionará así: “cuando el productor compre semilla de soja certificada
pagará el derecho fijado. Pero si no lo hiciese, al vender sus granos se
realizará un sencillo test que permite detectar la presencia de los genes
buscados. Y si el resultado fuera positivo el comprador del grano cobrará a
cuenta del desarrollador las regalías pendientes, más caras que al principio”.
Intacta RR2 es el evento número 27 aprobado
por Agricultura en un trámite que la misma empresa reconoce, se aceleró después
que la Presidenta escuchó en su visita a EEUU los anuncios de multimillonarias
inversiones de Monsanto en Argentina (1500 millones de dólares en una planta
productora de maíz, en Malvinas Argentinas, Córdoba que producirá semilla para
3.5 millones de ha, y 170 millones de dólares de dos plantas experimentales en
Córdoba y Tucumán, ver Clarín 22-08-2012, página 23).
Este aumento
de la superficie de cultivos transgénicos implica el corrimiento de la frontera
norte a expensa de deforestaciones de bosques y selvas, desalojos de pueblos
originarios e incremento del volumen de agroquímicos. Todo en función de la voracidad
de las transnacionales y de las políticas de los países centrales en busca del
control del territorio y por lo tanto mayor control social con la producción
extractiva de alimentos.
Los
conflictos con los pueblos de las provincias del norte, la instalación del
Comando Sur en el Chaco con la “misión de ayuda y desarrollo tecnológico” o el
impúdico involucramiento de las transnacionales asociadas a los agronegocios en
el golpe al Estado Paraguayo, hace evidente la ofensiva de los negocios
globales que pretende cerrar las brechas de territorio norte de nuestro país en
un solo bloque con Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia, Brasil y Argentina
unificando tecnologías y modalidades.
Este
devenir, en su lógica, no es diferente a la campaña del desierto de Roca en los
80’s, donde el objetivo del desalojo genocida y control territorial fue la
expansión ganadera con los Remington. Hoy se facilita en beneficio del
conglomerado productivo sojero y las corporaciones transnacionales, bajo el
paraguas habilitante del poder político. Los 27 transgénicos aprobados
comercialmente desde el 1996, un verdadero ariete tecnológico, imponen
prácticas inherentes del modelo, No solo cuestionables por los efectos en los
ecosistemas y demás variables físicas de suelos, sino por el incremento de la
contaminación química con sus consecuencias en salud ambiental. Además, un
futuro impredecible aparece por la elusiva viabilidad y sustentabilidad de la
transgénesis. En particular por la ausencia de discusión acerca de las incertidumbres
del procedimiento tecnológico y por el silencio de la mayoría de la comunidad
científica acerca de las consecuencias de intervenir el delicado natural
equilibrio evolutivo de los genomas. Sabemos demasiado poco para jugar a crear
naturalezas alternativas o pensar en acelerar o desviar procesos evolutivos con
impunidad. (ver, GMO Myths and Truths June 2012, http://earthopensource.org/).
Pero hay un
aspecto interesante a considerar en lo inmediato en la Argentina, es que 5 de
esos 10 eventos transgénicos aprobados, 3 de maíz y 2 de soja, combinan la
resistencia al glifosato con otra al glufosinato de amonio (un bloqueante de la
síntesis del aminoácido glutamina) para reforzar los efectos de aquel. La
necesidad de asociar en las nuevas semillas el glifosato con el glufosinato, da
cuenta de las inconsistencias de la tecnología de los transgénicos tanto en su
construcción y como en su comportamiento en el tiempo. Sin embargo se sigue
huyendo hacia delante intentando remediar las debilidades conceptuales de la
tecnología transgénica, con soluciones que tienden a ser cada vez más
peligrosas.
Llamativamente
BAYER, el segundo mayor productor de pesticidas del mundo, recientemente
anunció que retirará del mercado los pesticidas más peligrosos de la clase (1).
En ese marco, la organización “Coordinacion contra los peligros de Bayer” pidió
que se retirara de todo el mundo la venta del herbicida a base de glufosinato
(Liberty) que ya que ha sido clasificado como peligroso por provocar
malformaciones e incluido en la lista de 22 pesticidas que van a desaparecer
del mercado en base de la nuevas normas de la Union Europea. Quizas por eso
hace poco menos de un año Bayer retiro a Liberty del mercado aleman. Aunque
tambien, hace casi tres años, Bayer inauguro en Huert cerca de Colonia,
Alemania, una planta de glufosinato para exportarlo a paises fuera de la Union
Europea. Es la muestra de las politicas de las transnacionales hacia los países
proveedores de transgénicos como el nuestro, que en un año aprobo 5 semillas resistentes
a la combinacion glifosato-glufosinato. (nota de prensa de Coordinación contra
los peligros de BAYER, BAYER retira del mercado pesticidas letales, 2011 y
Documento de la European Food Safety Authority Scientific Report, paginas 13
y14, 2005, http://www.efsa.eu/ ). Es lo lógico pensar que a los efectos del
glifosato las nuevas semillas complicaran el panorama de los impacto en salud
animal y humana. El glufosinato en animales se ha revelado con efectos
devastadores. En ratones glufosinato produce convulsiones, estimula la
produccion de oxido nitroso y muerte celular en el cerebro. Con claros efectos
teratogenicos se han descripto hipoplasia (reduccion o pérdida) del
prosencefalo, arcos branquiales y extremidades con o sin tubo neural abierto.
Todos indicios de un serio compromiso del desarrollo normal del neuroepitelio y
probablemente de las crestas neurales. (Watanbe and Iwase, Teratogenesis,
Carcinogenesis and Mutagenesis 16: 287-299, 1996).
La adopción
por parte del cientificismo productivista de encontrar en la tecnologia una
virtud inmanente, responde a un modelo de ciencia que en verdad está dirigido
desplazar reflexión y crítica sobre la modernidad y fragmentar la propiedad
social del conocimiento para privatizarlo. La financiación de ciencia y
tecnología con inversiones estatales como las otorgadas al grupo Sigman para la
fabricación de vacunas o anticuerpos monoclonares son producto de un
“capitalismo del conocimiento” presentado como resguardo de la autonomía
nacional.
Pero que en
verdad está dirigida a naturalizar y afianzar mecanismos de apropiación por las
corporaciones y sobre todo lograr para ellas el control del desarrollo del
conocimiento.
Andrés E.
Carrasco
Director
Lab. Molecular Embryology
School of Medicine UBA - CONICET
ARGENTINA -
http://andresecarrasco.blogspot.com/
Fuente:
Boletín 310 del sitio Biodiversidad en América Latina y el Caribe
enviado por Arquitectura sustentable
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