martes, 16 de octubre de 2012

NO MAS MUERTE A LAS AVES MIGRATORIAS


En bazares del distrito de Guidong, en la provincia central china de Hunan, los aldeanos utilizan una manera única para fijar el precio de las innumerables aves silvestres a la venta: la longitud de sus cuellos.
 Las aves de cuellos largos, como garzas y garcetas, se venden a entre 10 (1,6 dólares) y 70 yuanes, mientras que los águilas y buhos, de cuello corto, tienen un precio de cientos de yuanes, ya que el sabor de su carne es más preferido.
Guidong se encuentra en el epicentro de una batalla para acabar con la caza de aves migratorias, con la formación la semana pasada por parte de Hunan del primer equipo de voluntarios de protección de este tipo de aves del país.
Se trata de algo muy necesario, ya que los ornitólogos advierten de una amenaza adicional que se suma a la caza tradicional y el consumo de aves silvestres en los lugares más aislados de la provincia: la creciente demanda en los mercados urbanos chinos ha atraído a un número cada vez mayor de compradores de aves y cazadores profesionales a la zona.
"Los residentes locales no están al tanto de la situación de los animales en peligro de extinción, y desconocen que muchas de las aves de presa que se venden a bajo precio están en realidad bajo la protección estatal", dice Li Feng, uno de los voluntarios de Hunan.
Guidong se encuentra en el camino de una de las ocho rutas migratorias para miles de millones de aves en el mundo. Cada otoño, un gran número de pájaros sobrevuelan las montañas de la zona en su éxodo de miles de kilómetros hasta India y el sudeste asiático.
Pero a diferencia de las otras dos rutas que pasan por el oeste y el este de China, la ruta central, que forma un canal estrecho en las provincias de Hunan y Jiangxi, cuenta con una gran densidad de aves y se ha visto afectada por una desenfrenada actividad de caza furtiva.
En los distritos de Guidong, Xinhua y Xinshao, en Hunan, la caza se considera una tradición por parte de los residentes locales, que creen en las propiedades beneficiosas para la salud de los pájaros, con una aldea pudiendo cazar más de 150 toneladas de aves silvestres al año.
"Los cazadores rastrean y matan aves a lo largo de toda la ruta cuando aquellas parten de Mongolia y vuelan hacia el sur", dice Yang Jinhai, director del buró de silvicultura del distrito de Xinhua. "Instalan luces de alta frecuencia en las colinas y las usan para atraer a las aves a sus trampas durante la noche".
Los cadáveres se venden en los mercados locales o a otras ciudades chinas, incluidas las de la provincia meridional de Guangdong, donde los clientes de los restaurantes pagan generosamente por una carne que ven como raros manjares.
"Comer aves silvestres es peligroso, ya que puede introducir virus desconocidos en la sociedad humana", advierte Deng Xuejian, ornitólogo de Hunan.
Otras amenazas a las bandadas de aves son los residentes ricos de las ciudades vecinas que disparan a los pájaros por diversión.
"Vienen en limusinas, con mujeres y cervezas, tomándoselo como un pasatiempo aristocrático que se ha convertido en una moda problemática", se queja Yang.
Las autoridades locales han intensificado los esfuerzos de protección, incluido el establecimiento de más puntos de control y el aumento de patrullas en la región, aunque la aplicación sigue siendo difícil ya que la caza furtiva por lo general ocurre en las montañas remotas durante la noche.
Algunos grupos no gubernamentales se están uniendo también a la causa, con voluntarios preparados para poner en marcha campañas de presión contra el consumo de aves silvestres por parte de residentes urbanos.
Enviado por red foroba 
foto grulla blanca que migra de Rusia a China 

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