miércoles, 3 de octubre de 2012

RÍOS SON PERSONAS


Los ríos son personas: Nueva Zelanda otorga calidad de persona legal al Whanganui
Enviado por guillermo DESDE EL PAÍS DE LOS ALL BLACKS 
Indígenas neozelandeses consiguen que el Río Whanganui sea considerado una persona legal, en un notable esfuerzo ecológico y también de conciencia de la naturaleza como un ser vivo.
Si pudiéramos apoyar el índice en Nueva Zelanda (país de origen del equipo de rugby más famoso del mundo por estos días) y el pulgar en Argentina, el planeta quedaría sostenido en el espacio.   Así de lejanos estamos, sin embargo compartimos un tesoro que ellos respetan más que nosotros: la cosmovisión de nuestros respectivos pueblos originarios.
Tanto los Coyas, los Q’om, los M’byá-Guaraní y muchas otras naciones primigenias de América, coinciden con los Whanganui Iwi en que la tierra no es un bien en el sentido mercantil del término, sino que se trata de la gran madre que nos cobija.                  Y además que todas las cosas que hay en ella son sagradas y deben ser respetadas en consecuencia, como un ser vivo, con todo lo que esto significa.
Pero mientras por estos pagos aplastamos su cultura, negándonos a sus valores con la soberbia del ignorante que se cree sabio, en aquella lejana nación acaban de sentar un precedente jurídico de imprevisibles consecuencias planetarias.
En un importante caso de avanzada en torno a los derechos de la naturaleza, autoridades de Nueva Zelanda han otorgado al río Whanganui la dimensión de persona legal “de la misma forma que una compañía, lo que le dará derechos e intereses”. La decisión es el resultado de una larga batalla legal iniciada por la comunidad indígena de los Whanganui iwi, quienes tienen una estrecha relación con esta vía acuática (¿o deberíamos llamarla conciencia de agua?).
“El acuerdo de hoy reconoce el estatus del río como Te Awa Tupua (un todo integral viviente).
La inextricable relación entre los Whanganui y el río es un paso importante para la resolución del histórico sufrimiento de los Whanganui iwi y tiene importancia nacional”, dijo Christopher Finlayson, el funcionario gubernamental encargado de llevar a cabo la relación con este grupo indígena.
La decisión no sólo es importante en el sentido de preservación ecológica, revela una comprensión ancestral de la naturaleza como una entidad viva, unida a nuestra vida a través de una red de conciencia.
Para los Pueblos Originarios la Tierra no sólo es la fuente de la vida, sino un ser más evolucionado que permite que nosotros evolucionemos sobre su esfera de vida y realidad –una madre multidimensional.
Los ríos y las montañas son consideradas manifestaciones particulares de su personalidad: guardianes y componentes de su campo de energía.
Los ríos son personas, pero también tal vez, siguiendo la cosmovisión nativa, los ríos son dioses, en tanto a que podrían agrupar una conciencia superior a la nuestra una conciencia que alimenta a las conciencias.
Las comunidades M´byá Guaraní, que han logrado mantenerse en sus propios valores a pesar de los siglos de sometimiento cultural, han preservado un tesoro que la mayoría desconocemos y que de explorarlo nos enriquecería de una manera extraordinaria, poniéndonos frente concepciones profundamente humanistas y armonizadoras con la naturaleza que nos rodea.
 Son monoteístas y también, al igual que los cristianos, conciben una Trinidad; Ñanderú-Guazú es el creador y Tupá, a quién erróneamente muchos asignan ese rol, es solo uno de sus tres hijos.                   Creen que existe un paraíso al que los cristianos llaman Cielo y está fuera del mundo terreno y los guaraníes llaman la Tierra sin Mal  y se encuentra en éste mundo.  Su cultura está estructurada en función del periplo que realizan los distintos grupos por el territorio americano en su búsqueda.
Los ancianos M’byá, que son los depositarios de la autoridad y la sabiduría de estas comunidades, miran con resignada conmiseración la forma en que nosotros destruimos los suelos, contaminamos los acuíferos, aniquilamos la biodiversidad, destruimos las montañas e irrespetamos la vida, mientras nosotros con perversa e ignorante soberbia arrasamos todo en nombre de nuestra civilización, a la que creemos superior.
La sabia resolución de la justicia de Nueva Zelanda debería ser estudiada con el mayor de los respetos e imitada por nuestros legisladores y jueces antes que sea tarde.
Enviado por fundavida de C del Uruguay er ar 

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